"Aquellos que fueron vistos bailando eran considerados locos por aquellos que no podian escuchar la musica" F.N.

6.16.2013

Hey Mariposita

-"Hey Mariposita no existe otro lado no hay otro lado todo empieza y termina en el centro diminuto de la tormenta de whisky que hay detrás de tus ojos cuando llueve en esa tormenta de whisky tal vez amarás el reflejo difuso de alguien tal vez alguien te extienda una mano tal vez tal vez alguien oye hazte junto a mí y me das calor me das un beso me das un abrazo me das un olor pero pura mierda la tormenta de whisky que sacude los días se lo lleva todo se lleva los olores se lleva el amor la oscuridad la luz es como un gran viento que te revienta por dentro te revienta la maquinita de hacer sueños todas tus maquinitas interiores la tormenta de whisky revienta la maquinita de fabricar besos revienta la maquinita donde fabricas tu reflejo para proyectarlo en las mañanas de sol junto a las nubes y la luz esa tormenta de whisky revienta las venas y te arrastra inevitablemente hacia vientos salvajes Mariposita no somos normales somos criminales caminamos sobre copos de algodón ensangrentados y nuestros pies se hunden por el pantano oscuro de los días Mariposita nosotros siempre vamos a tomar el desvío siempre vamos a ir por carreteras sin sentido nuestra religión es el ninguna parte nuestro Dios es el ninguna parte nuestra eternidad está en ninguna parte nuestros besos se evaporan hacia ninguna parte nuestros huesos se desintegran en ninguna parte nadie nos espera en ninguna parte.."-

Rafael Chaparro Madiedo - El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes



11.26.2012

Muerte: ¿destrucción o liberación?

Que ¿porqué pienso en la muerte?
Que "la vida es un ratico nada más."
Que me tengo que poner a disfrutar.
¿Es que no sabes que la muerte está presente día a día?
La muerte son todas tus acciones, asesino de alrededores.

Que ¿porqué querría morir?
¿Es que no lo puedes percibir?
Que el hombre tiene todavía un gran defecto,
y es la dualidad del cuerpo y sus pensamientos.
Si sólo pensaras, nada de esto podría suceder.
La muerte es esto que acabas de hacer.

Es la muerte de todas las hermosas palabras que un día salieron de tu boca.
Es la muerte de todas las mudas palabras que un día salieron de tus ojos.

Es la muerte de la charla en un sillón,
donde atravesaste tu mano en mi pecho para ver que textura tenía mi corazón.

Es la muerte de una tarde encerrados, libres, vueltos mierda en la cama de un hotel.
Es la muerte de querer estar horas charlando a través de la piel.

Es la muerte de todo aquello que venía pero que nadie podía saber.
Es la muerte prematura del mañana. El aborto del futuro.

Es la muerte de una sensación, la sensación en mi estómago de tu mirada.
Es la muerte de los revueltos que se producían estando, sin hacer nada.

Es la muerte de la explosión, de la química reacción que surgió del choque de nuestras sustancias.
Bañando en sangre este cuento, con eso que has hecho.
Como bañaría una bala en el medio de los sesos, a todos mis pensamientos.

Ahora sí, ¿lo puedes entender?
Como es que la muerte me hará poder dar libertad a mis ideas, de las cadenas de la tierra.

Pero todavía no puedo decidir, 
sí es mejor de un sólo golpe dejarlo todo salir.
O lo es velar la desaparición de todo aquello que llevo dentro, 
con pequeños asesinatos que no logran nunca matar en el primer intento.





10.23.2012

Cascabelitos que saben reír...

-"La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías. Para otros solo son pequeñas lucecitas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan...Tú tendrás estrellas como nunca nadie ha tenido. Cuando por las noches mires el cielo, al pensar que en una de esas estrellas estoy yo riendo, será para ti como si todas las estrellas riesen. ¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír!
Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno), estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer, y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. 
Tu les explicarás, "Las estrellas me hacen reír siempre." Ellos te creerán loco."-



El Principito. Antoine de Saint-Exupéry

7.26.2012

Estrategia, sin saber.


Sin antes conocer, como para reconocer, el sonido de una voz.
Sin anticipación terminaba vomitada con palabras.
Se prestaba a confusión, ¿qué era eso de que hablaba?,
Sí entre medio de silencios, y detrás de la nada, aparecían lanzas,
con tan mala puntería aterrizaban sobre el cuerpo esquivando el objetivo.
Que entre tirador indeciso y blanco esquizofrénico,
que más se podrá lograr, algún que otro raspón, pero nada a desangrar.
Será posible considerar, que tan sólo la estrategia
iba a hacer lograr en la presa admiración, 
ante la imagen intrigante de una mano en temblor.
Que sin alturía, pero con orgullo y hasta un poco de satisfacción,
lograría se parara delante a mirar con detención la, hasta tierna, indecisión de aquel francotirador.
Y después de verla esquivar, con tan puro frenesí, aquella erupción de sí;
esperando con paciencia el momento de hacerla sucumbir.
Aumentando la distancia, logró bajara la retaguardia.
Y entre tanto ego la encontrara parada en plena quietud, 
mirando con altitud, saboreando su escapada.
Sin saberlo se colocó en la recta de acción
para que, finalmente, le clavara la lanza.


7.17.2012

La sabiduría de Kirilov

-"(...)
Grigoreiev - ¿Se acuesta usted de madrugada?
Kirilov - Siempre. Desde hace tiempo. De noche, reflexiono.
Grigoreiev - ¿Toda la noche?
Kirilov - Si. Es necesario. ¿Comprende usted? Me intereso por las razones por las cuales los hombres no se atreven a matarse.
Grigoreiev - ¿No se atreven? ¿Le parece a usted que no hay bastantes suicidios?
Kirilov - Normalmente, deberían haber muchos más.
Grigoreiev - ¿Y qué es lo que le impide a la gente suicidarse, según usted?
Kirilov - El sufrimiento. Los que se matan por locura o desesperación no piensan en el sufrimiento. Pero los que se matan por razón piensan en eso, forzosamente.
Grigoreiev - ¿Cómo? ¿Hay gente que se mata por razón?
Kirilov - Mucha. Sin el sufrimiento y los prejuicios, habría muchos más, un gran número, todos los hombres, sin duda.
Grigoreiev - ¿Qué?
Kirilov - Pero la idea de que van a sufrir les impide matarse. Hasta cuando sabe uno que no hay sufrimiento, la idea queda. Imagínese que una piedra grande como una casa cayera sobre usted. Usted no tendría tiempo de sentir nada, de sufrir de veras. Pero así y todo, uno tiene miedo y retrocede. Es interesante.
Grigoreiev - Ha de haber otra razón.
Kirilov - Sí. El otro mundo.
Grigoreiev - Quiere decir el castigo.
Kirilov - No. El otro mundo. Uno cree que hay una razón para vivir.
Grigoreiev - ¿Y no la hay?
Kirilov - No. No la hay, y por eso somos libres. Vivir o morir es indiferente.
Grigoreiev - ¿Cómo puede decir eso con tanta calma?
Kirilov - No me gusta pelear y no me río nunca.
Grigoreiev - El hombre teme la muerte porque ama la vida, porque la vida es buena. Eso es todo.
Kirilov - ¡Es una cobardía! ¡Una cobardía, nada más! ¡La vida no es buena! ¡Y el otro mundo no existe! Dios es sólo un fantasma suscitado por el miedo de la muerte y del sufrimiento. Para ser libre, hay que vencer el sufrimiento y el terror, hay que matarse. Entonces, ya no habrá Dios y el hombre por fin será libre. Entonces se dividirá la historia en dos partes: del gorila a la destrucción de Dios y de la destrucción de Dios...
Grigoreiev - Al gorila.
Kirilov - A la divinización del hombre. El que se atreve a matarse, ése, es Dios.. Nadie ha pensado todavía eso. Yo, si.
Grigoreiev - Ha habido millones de suicidas.
Kirilov - Nunca por eso. Siempre con temor. Nunca para matar el temor. El que se matara para matar el temor, en ese mismo instante, sería Dios.
(...)"-

-"(...)
Stavroguin - ¿Usted cree en la vida futura?
Kirilov - No creo en la vida futura eterna. Creo en la vida eterna aquí mismo.
Stavroguin - ¿Aquí mismo?
Kirilov - Si. Ciertos instantes. Una alegría que si durara más de cinco minutos nos mataría.
(...)"-

-"(...)
Kirilov - Somos dos miserables. Yo voy a matarme y tu vivirás.
Pedro - Claro que viviré. Yo soy cobarde. Es cosa despreciable, lo sé.
Kirilov - Sí, sí, es despreciable. Escucha. ¿Recuerdas lo que el Crucificado le dijo al ladrón que estaba a su derecha? "De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso." El día se terminó y no hubo ni Paraíso ni Resurrección. Y sin embargo, ese hombre era el más grande de toda la tierra. El planeta y todo lo que hay encima no es sino locura sin ese hombre. ¡Pues bien! Si las leyes de la naturaleza no han respetado a semejante hombre, si ellas lo han obligado a vivir en la mentira y a morir para una mentira, entonces todo este planeta no es más que mentira. ¿A qué vivir, entonces? Contéstame, si eres un hombre.
Pedro - ¡Claro! ¡A qué vivir! He comprendido muy bien su punto de vista. Si Dios es una mentira, entonces estamos solos y somos libres. Usted se mata, usted prueba que es libre, y ya no hay Dios. Pero para eso tiene que matarse.
Kirilov - Has comprendido. ¡Ah!, todo el mundo comprenderá si hasta un crápula como tú puede comprender. Pero alguien tiene que empezar y matarse para probarles a los demás la terrible libertad del hombre.
(...)"-
Los poseídos. Albert Camus. 
(adaptación teatral del original de Dostoiewsky. Traducción de Victoria Ocampo.)


Dios ha muerto. El hombre lo ha matado.
F.N.

Y entonces, ¿quién manda?




Luchar contra el azar de los momentos, 
sabiendo que aunque de ellos seamos dueños, 
nos escapa el poder de acomodar el tiempo.
Reducir nuestra totalidad a milésimas de segundos, 
sabiendo que el pasado ya no está, el futuro es incierto, y el hoy acaba de terminar.
Que lo que elegimos ahora ¿porqué no lo hicimos antes?
que éste es el futuro que hoy queremos y que ayer lo hubiésemos deshecho.
Creer tener el control, aunque lo que una vez quisimos hoy se trastocó.


Frente al espejo de las decisiones, extrañar un tiempo que no fue, 
sabiendo que no va a ser. Creyendo que es lo mejor.
Mirar con ternura el tiempo que es ahora, alzarse ante lo que es, 
sabiendo que tras otro pasado no sería.
Confiar en el destino y ponerle sabiduría, 
sabiendo que otro hubiese sido sabio también.
Desconfiar del futuro aún confiando en que algún día lo entenderías,
sabiendo que es lo único que toca hacer.
Agradecer el pasado que esperó disperso un tiempo,
sabiendo que la espera trajo una explosión del cúmulo de aquello en un momento.


Ya no saber si en esto es sabio uno o el destino, 
ignorando hacia que lado toma el futuro partido.
Y sí el sabio es uno, dejar de ver opciones, crear sí un camino.
Pero sí fuese el destino, ver caer aquello en tu mente seguro, al fondo de un abismo.
Que sí es así la espera entonces fue cosa tuya, 
pero que el hoy es hoy porque después ya no podría ser.
Si el destino es sabio, de alguna manera iba a hacer suceder.


Al fin y al cabo dilatamos el tiempo con momentos atrofiados,
sabiendo aceptarlo hasta el punto del miedo a ya no poder alargarlo.


Sabiendo que el destino es quién termina sabiendo.



6.30.2012

¿Cuánto más?

¿Cuántos más libros vas a dejar de leer para escribir cosas de tu vida en una red social? Los lazos con tus seguidores no van a curar tus inseguridades, los lazos con un libro sí.
¿Cuánto más chico querés verte dentro de tu auto? Salí a caminar por el mundo. El mundo es mucho más grande que tu gran auto.
¿Cuánto más cómodos querés que sean tus zapatos? Andá descalzo, que la tierra tiene la energía que te hace falta.
¿Cuánto más importadas querés que sean tus gafas? Mirá al sol, que el sol sí te encandila. Pero en la oscuridad ves menos aún.
¿Cuántos más amigos querés tener en Facebook? Tené uno. Pero que sea tu hermano.
¿Cuánto más alto querés tu departamento en una torre? Apoyá los pies sobre la tierra, que la cima está justo detrás de tu frente.
¿Cuántos más mensajes de texto querés mandar? Mirá a alguien a los ojos, que así también se habla.
¿Cuántos más pixeles querés que tenga tu cámara digital? Observá, que tu memoria tiene más resolución.
¿Cuánto más caro querés que sea tu perfume? Disfrutá el tuyo, que el olor de tu cuerpo no lo puede comprar nadie en ningún shopping.
¿Cuánta más televisión querés mirar? Que si tu vida no es tan buena como las historias en las películas, es porque no la estás viviendo lo suficiente.
¿Cuánto más te vas a maquillar? Miráte como sos, que puede que un día te veas al espejo y no te reconozcas.
¿Cuánto más vas a mirar fijo buscando al amor de tu vida? Podrías tener mil amores, si miraras también a los costados.
¿Cuánta más ropa te querés poner? Ya suficiente tiene tu alma con un estuche de piel.